Los hórreos de mar: una singularidad de la arquitectura popular gallega
En Galicia, los hórreos de mar son una de las construcciones más características de la arquitectura popular. Estos pequeños edificios, construidos en madera y piedra, se encuentran situados cerca de la costa gallega y se utilizaban como almacenes para guardar los productos del mar, tales como pescado y marisco.
Uno de los aspectos que más llama la atención de los hórreos de mar es su singular forma. Estos pequeños edificios se construían sobre una base de piedra elevada del suelo, a la que se accedía mediante una pequeña escalera de madera. La estructura principal estaba formada por cuatro pilares de madera sobre los que se apoyaba una cubierta a dos aguas, también de madera. La techumbre se solía rematar con una cruz de hierro.
La forma de los hórreos de mar no solo cumplía una función práctica, sino que también tenía una razón estética. Al construirlos sobre una base elevada del suelo, se protegía el interior de la construcción de la humedad y las mareas. Además, al elevar la estructura, se conseguía una mejor ventilación, algo fundamental para conservar los productos del mar en buen estado.
Pero los hórreos de mar no solo destacan por su forma. También son muy interesantes desde el punto de vista arquitectónico y cultural. Como hemos señalado, se construían en madera y piedra, dos materiales muy abundantes en la zona. De hecho, algunos hórreos de mar datan del siglo XVIII y XIX, lo que demuestra que esta técnica constructiva se ha utilizado durante mucho tiempo en la zona.
En cuanto a su uso, los hórreos de mar eran fundamentales para la economía local. En ellos se almacenaban los productos del mar que se utilizaban en la alimentación y en la elaboración de otros productos, como por ejemplo el aceite de pescado. De hecho, en algunos lugares de Galicia se sigue utilizando esta construcción para secar el bacalao.
Otro aspecto interesante de los hórreos de mar es su distribución geográfica. Aunque se pueden encontrar en toda la costa gallega, hay zonas en las que son especialmente frecuentes, como por ejemplo en las rías altas y en la costa de A Mariña. Esto se debe a que en estas zonas la pesca tuvo siempre una gran importancia en la economía local.
Además de su función práctica, los hórreos de mar también tienen un valor simbólico y cultural. Son un elemento muy característico del paisaje gallego y constituyen un importante patrimonio cultural. Por esta razón, algunos de ellos han sido restaurados y se han convertido en pequeños museos o centros de interpretación.
En definitiva, los hórreos de mar son una singularidad de la arquitectura popular gallega que merece la pena conocer y valorar. Además de su belleza y singularidad estética, tienen una larga historia y una gran importancia desde el punto de vista cultural y patrimonial. Si visitas Galicia, no puedes dejar de ver estos pequeños edificios que han sido testigos del pasado y del presente de la región.