Gundivós es una pequeña villa ubicada en la provincia de Lugo, en el corazón de Galicia. Es conocida por su tradición alfarera, cuya reputación se extiende más allá de la región. La alfarería de Gundivós es única por muchas razones, pero quizás lo más destacado es su cerámica al natural y en blanco. En este artículo, profundizaremos en la historia y la técnica detrás de esta notable tradición alfarera.
La alfarería de Gundivós se ha practicado durante siglos, y su origen se remonta al menos a la Edad Media. Aunque es difícil trazar exactamente la historia de esta tradición, se sabe que en el siglo XIX, Gundivós se había convertido en un importante centro de alfarería en Galicia. En ese momento, la mayoría de las piezas producidas eran para uso doméstico, como ollas, tazones y platos. Eventualmente, la tradición se expandió a la producción de cerámica decorativa y para objetos religiosos.
La alfarería de Gundivós sufrió altibajos a lo largo de los años, y en la década de 1970, estaba en peligro de desaparecer. Sin embargo, la pasión y la dedicación de los alfareros locales han mantenido viva la tradición hasta hoy.
La alfarería de Gundivós se distingue por su cerámica al natural, lo que significa que no se utiliza ningún esmalte para cubrir la superficie. En cambio, el color y la textura de la arcilla se dejan completamente al descubierto. Esto crea un acabado notablemente rústico y sereno.
La técnica de producción de la cerámica al natural se basa en la elección cuidadosa de la arcilla utilizada. La arcilla debe ser lo suficientemente fuerte para soportar la cocción, pero también lo suficientemente porosa para permitir la transpiración. Debido a que no se usa esmalte, cualquier impureza en la arcilla será claramente visible en la superficie de la pieza terminada, lo que la hace diferente a cualquier otra cerámica.
Además de la cerámica al natural, la alfarería de Gundivós también es conocida por su producción de cerámica en blanco. Estas piezas están cubiertas con un esmalte de plomo que crea un acabado brillante y uniformemente blanco. Los alfareros de Gundivós han estado produciendo este tipo de cerámica desde la década de 1920.
El uso del esmalte de plomo no solo confiere el color a las piezas, sino que también impermeabiliza la cerámica, lo que hace que sea adecuada para el uso diario. Además, el esmalte suaviza la superficie, lo que puede ocultar algunas de las imperfecciones de la arcilla en bruto.
Aunque la alfarería de Gundivós ha sobrevivido durante siglos, su futuro nunca ha sido totalmente seguro, especialmente en una época en la que la producción industrial barata de artículos de cerámica ha reducido significativamente la demanda de artículos hechos a mano. Afortunadamente, la pasión y la dedicación de los alfareros de Gundivós, junto con la creciente apreciación por la producción artesanal en todo el mundo, mantienen viva la tradición de la alfarería local.
Los alfareros locales han comenzado a producir piezas decorativas y de alta calidad, así como a colaborar con otros artistas y diseñadores para crear piezas únicas que combinan la técnica de Gundivós con otros elementos. Además, se están llevando a cabo talleres para niños y adultos para mantener vivo el conocimiento de esta tradición artesanal.
La alfarería de Gundivós es un ejemplo destacado de la belleza y la importancia de las tradiciones artesanales locales. La combinación de la cerámica al natural y en blanco crea piezas únicas y distintivas que reflejan la riqueza del patrimonio cultural de Galicia. Esperamos que la alfarería de Gundivós continúe prosperando durante muchos siglos más, y que su belleza y su singularidad sigan siendo apreciadas en todo el mundo.